Una de las cosas que siempre hemos de mirar a la hora de alquilar o comprar una vivienda es el número de habitaciones que tiene. Esto puede parecer algo obvio, pero es mucho más importante de lo que a primera vista nos podría parecer, no solo en el momento actual, sino de cara a un futuro a medio/largo plazo, sobre todo en la compra de una vivienda. Siempre hay que buscar casas con habitaciones de más. Es decir, que si nos mudamos con nuestra pareja, la casa debe tener al menos dos habitaciones y preferiblemente tres, aunque no las vayamos a ocupar en ese momento. Llegará el día en el que la casa se llene de niños, y entonces esas habitaciones nos servirán para ellos, pero mientras tanto, podemos utilizarlas como habitación de invitados y estudio, una combinación que suele ser muy apropiada para estos cuartos “secundarios”.
Por supuesto, el cuarto principal será el nuestro, ese en el que tenemos la cama grande matrimonio, nuestro armario, etc… Suele ser el cuarto más amplio de la casa, pero los otros cuartos, más pequeños, también pueden ser utilizados con esa doble función, la de albergar camas para los invitados y de paso, un escritorio que nos permita estudiar, trabajar desde casa… Se trataría de un lugar tranquilo y acogedor donde poder pasar las horas recluidos, repasando, escribiendo o trabajando, pero también un cuarto en el que pueda quedarse al menos una persona al dormir. De hecho, si el cuarto es amplio, podemos colocar incluso un par de camas o una cama doble más pequeña, además del escritorio, para acomodar a dos personas. Si estabas pensando en crear un pequeño cuarto de estudio y hacerlo también habitación de invitados en tu casa, sigue leyendo porque este artículo te va a interesar mucho para coger ideas y saber cómo maximizar el espacio que tengas, que suele ser reducido en la mayoría de ocasiones.
La combinación perfecta
Cuando tenemos una casa de tamaño medio y contamos con pocas habitaciones, hemos de aprovechar todas ellas de la mejor manera que se nos ocurra. Tener una habitación de invitados es algo bastante habitual y socorrido, especialmente para aquellos que tienen muchos amigos fuera de la ciudad. Invitarles a pasar unos días y acogerles en casa es una de esas experiencias que se valoran mucho por parte de las amistades, y además, este tipo de cuartos no necesitan realmente un cuidado demasiado intenso si solo los dejamos como cuartos de invitados. Pero lo habitual es que también queramos incluir nuestro pequeño estudio aquí, para maximizar el espacio. Una pared nos bastará para colocar todo lo que necesitamos para pasar las horas estudiando, escribiendo o trabajando desde este cuarto, y así también tener un lugar propicio y tranquilo para hacerlo, que no sea el salón de casa, por ejemplo.
Qué necesita una habitación de invitados
La habitación de invitados estará destinada a acoger a las personas de fuera de casa que se queden a dormir. Pueden ser desde los padres o familiares de las personas que han comprado la casa hasta amigos que vienen desde fuera de la ciudad, o sencillamente, esas amistades que han decidido quedarse hasta tarde en casa y prefieren no coger el coche. Será una habitación sencilla, en principio, ya que los invitados tampoco van a pasar mucho tiempo en ella. Seguramente la decisión más complicada es la de elegir las camas que vamos a poner en ella, sobre todo por el tema del espacio. Podemos optar por una cama doble de 1,35 m por ejemplo, si la habitación es lo suficientemente grande, pero lo habitual es comprar un par de camas de 90, aunque ocupen más espacio.
Conviene tener también un armario dentro de la habitación, aunque sea más pequeño de lo habitual, para que los invitados que vengan a pasar unos días puedan colgar aquí sus prendas y no tengan que estar sacándolas de la propia maleta. Como alternativa, comprar un perchero puede ser también una buena idea que además, suele ahorrar espacio. Contar con una mesita de noche en medio de las dos camas también es una buena alternativa para poner una lámpara que dote de una luz más acogedora a la estancia. Y por supuesto, si tenemos la intención de convertirla también en nuestro estudio, debemos colocar un escritorio más o menos amplio donde poder estudiar o trabajar, así como una silla de oficina para sentarnos. Si queda espacio, colocaremos igualmente una estantería con libros y documentos importantes en archivadores, para tenerlos a mano.
Decoración y diseño de interiores
¿Hace falta decorar también una habitación de invitados? Por supuesto, ya que es una parte más de la casa, y debe ir en consonancia con todo lo demás, Especialmente si también la vamos a utilizar como estudio, lo que significará que pasaremos bastantes horas al día aquí metidos. La intención es que la habitación sea cómoda y acogedora, aunque tenga una decoración minimalista. Debemos escoger, por ejemplo, tonos claros para las cortinas y la ropa de cama, lo que dará una mayor sensación de pulcritud y calor nada más entrar a la habitación. Escoger los muebles en colores claros también es una buena alternativa para dar esa primera impresión.
Como debemos aprovechar al máximo el espacio, la decoración irá sobre todo en las paredes, con cuadros, fotografías nuestras con nuestros amigos, posters, dibujos… Tener una planta sobre el escritorio también puede ser una buena idea, puesto que dotará al ambiente de un poco más de vida y color. Líneas sencillas para los muebles y comodidad en las camas y en la silla del escritorio, por encima de algo más extravagante. Al fin y al cabo, la habitación no se utilizará tan comúnmente para dormir, así que el gasto importante lo debemos hacer en las otras estancias de la casa, donde sí que vamos a pasar más tiempo.
Los muebles que nunca fallan
Un escritorio de unas medidas correctas, con buen fondo si queremos colocar un ordenador de sobremesa con su monitor y todo lo demás, será indispensable para este tipo de habitaciones. Podemos encontrarlos a precios económicos en la mayoría de tiendas, adaptándose además en media y color a cualquier necesidad que tengamos. Las camas serán pequeñas, con somieres de madera y colchones cómodos pero no demasiado caros. La mesita de noche y la lámpara pueden ser el toque más distintivo para la habitación, siempre que ocupen poco espacio y que cumplan con su objetivo, que al fin y al cabo es la utilizad que tienen. En cuanto al armario, podemos optar por una alternativa pequeña, de dos puertas, solo para la ropa que traigan los invitados.